GRUPO CONSULTOR PARA LA GESTIÓN DEL ESPACIO PÚBLICO
   
   
ADOLESCENCIA, JUVENTUD Y ESPACIO PÚBLICO.

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El presente trabajo desarrolla, desde una visión urbanística-arquitectónica un tema en particular señalado por el Informe Central (IC): "las posibilidades de mejorar la integración social dependen de las posibilidades de encuentros e intercambio entre las personas. En ese sentido el uso del espacio público puede ser concebido como un mecanismo de integración social. ... Las condiciones necesarias para que el espacio funcione como lugar de integración están supeditadas a sus características físicas"...(IC)

Adolescentes y jóvenes constituyen potencialmente una fuente de energía y creatividad sumamente valiosa para la comunidad. Su integración al contexto social, en oposición a quienes prefieren verlos marginados por su tendencia a perturbar el silencio de los vecindarios, debe ser vista como imprescindible. Se trata de un período clave en la formación de los futuros adultos. La cuestión es compatibilizar los procesos naturales de constitución de la personalidad con la maduración gradual de su conciencia de pertenecer a un conjunto social. "En la adolescencia la solidaridad con el grupo se construye en base a una disminución de la identidad con el resto de la sociedad. Si no hay intercambios este proceso puede extenderse a lo largo de toda la vida. ...." (IC)

EL ESPACIO COMUNITARIO
La ciudad es un espacio constituido por los seres humanos impulsados por su instinto gregario y por las necesidades del trabajo y la seguridad colectivos. Resulta claro que los valores que se vuelcan en la concepción del espacio público, surgen de otros valores, más profundos, que definen el tipo de sociedad que se intenta construir. ¿ Es lo mismo una plaza diseñada para la contemplación y el descanso que otra pensada para promover las actividades colectivas ?.No corresponde polemizar acerca de esas propuestas en términos de verdad o error, sino como expresión del disenso que se establece en toda sociedad sobre las formas de convivencia según la visión de cada sector socio-económico.
No hay integración social sin espacio público. Las relaciones comunitarias se establecen mayoritariamente fuera del espacio privado, por lo que desarrollar la comunidad y configurar su espacio barrial son tareas indivisibles. Las políticas comunitarias y las de desarrollo urbano son dos caras de una misma moneda. Un espacio público proyectado para la integración social, si carece del apoyo de políticas activas resultará débil y propenso al abandono, o a ser copado por la violencia. Cuando la vida comunitaria no es estimulada, el espacio público se degrada y queda abandonado a su suerte.

Diversos sitios urbanos tienen vocación de promover los vínculos sociales: las veredas, sus esquinas, las plazas, los patios vecinales, ciertos equipamientos colectivos como la escuela secundaria, clubes, casas de la juventud, centros vecinales y hasta los cafés y los boliches. Pero de todos ellos, la plaza es el corazón, el foco de la centralidad barrial. Por otra parte constituye un escenario de gran eficacia para la acción política. Su alto nivel de exposición y la concentración de sus actividades valoriza la acción municipal, y simplifica los problemas de seguridad que plantean los grupos violentos que, aunque fuertemente minoritarios, problematizan el uso general del espacio público. "En toda América latina el espacio urbano crecientemente se fragmenta ante el incremento de ciertas formas de violencia. ... Es un denominador común en las ciudades grandes de la Provincia la deserción de las clases medias del espacio público que hoy sufre de una notable "mala prensa"." (IC)

Desde el punto urbanístico, lo adecuado sería intensificar las actividades colectivas en el Centro Barrial. Las centralidades fuertes tienden a vincular a los jóvenes con la comunidad y ejercen un efecto disuasorio sobre su tendencia a emigrar del barrio en el caso del Conurbano o de las poblaciones en el caso de las ciudades pequeñas y los pueblos Pero en la actualidad se presenta un fuerte obstáculo para la integración social: el estado de pobreza en que vive un gran sector de la población provincial, con altos porcentajes de indigencia y desempleo. Aunque estamos en un proceso de reversión, es seguro que a nivel social el tiempo de crisis será prolongado. Mientras tanto, la dura realidad genera en los sectores sumergidos un sentimiento de discriminación que se traduce en inquietud crónica y agresividad, alimentadas por el temor a no encontrar salidas dignas para una supervivencia. "Una situación de empobrecimiento y desempleo en un contexto donde florecen los barrios privados conduce a los jóvenes a una percepción de injusticia que tiende a diluir los límites entre lo lícito y lo ilícito." (IC)
Los sectores carenciados tienen grandes dificultades para su integración comunitaria. Recíprocamente los sectores medios y altos, tienden a replegarse dentro de espacios cercados y vigilados por la sensación de peligro que sienten respecto del espacio público exterior. La fragmentación socio-económica y la fragmentación espacial son lo mismo. Mientras esta situación permanezca, la acción política sobre el espacio público deberá manejarse en un delicado equilibrio, organizando la vida colectiva en espacios pensados y gestionados para ser seguros y confiables.
En el caso de la juventud, y su tendencia al apartamiento, no debemos confundir entre la necesidad de privacidad que experimentan naturalmente los adolescentes y jóvenes y la actitud de ocultamiento que surge del temor a la violencia y a la represión, de las cuales los jóvenes son frecuentemente actores o víctimas. "Se ha establecido una inmediata e inconsciente relación entre espacio público y delincuencia. También los jóvenes otorgan prioridad a la seguridad, aunque a diferencia de los adultos temen más por su seguridad física que por sus bienes"... (IC) No se trata de ofrecer escondites. Los jóvenes deben tener su lugar propio pero dentro del espacio comunitario, en cuyas actividades habrán de asumir un papel socialmente reconocido. El gran objetivo es que desde la posesión de sus propios lugares se sientan miembros de la comunidad. En esta tesitura sería muy positivo que pudieran disponer de un presupuesto participativo para sostener sus actividades.


LA PLAZA COMO CENTRO COMUNITARIO
Se ha señalado que comunidad y espacio colectivo constituyen un organismo único. Numerosas acciones urbanas han fracasado por implementar soluciones parciales para problemas sectoriales, sin considerar su inserción en el contexto.

La cuestión principal radica en el reforzamiento de la centralidad barrial, es decir, la consolidación del o de los sitios más representativos del lugar, que históricamente han funcionado como lugares de referencia en la memoria colectiva de sus habitantes.

Casi siempre este lugar lo ocupa la plaza, particularmente en los pueblos y ciudades menores. En las ciudades medianas y grandes y en los agrupamientos del Conurbano se encontrará más de una plaza, pero también existe más de un barrio. La plaza fundacional será, seguramente, la más convocante pero la menos transformable. También pueden considerarse otras plazas menos históricas si están convenientemente ubicadas. Habrá que analizar cada caso de acuerdo con la opinión ciudadana.

Cuando nos referimos al concepto de plaza incluimos no sólo el área delimitada por sus calles perimetrales, sino también las veredas frentistas con todos sus equipamientos. Es interesante la posibilidad de recuperar alguna de esas fincas para sumarlas al espacio común, así como considerar la ampliación de las esquinas frentistas para equiparlas como puntos de reunión. Puede resultar particularmente valiosa la peatonalización, permanente o transitoria de una o más de sus calles perimetrales.

En este ámbito deben instalarse los lugares necesarios para las actividades comunitarias, entre ellos los de adolescentes y jóvenes, en conexión con los espacios de uso general, hacia los que pueden desbordar con sus convocatorias. Los jóvenes son especialmente afectos a la organización de actividades puntuales (certámenes deportivos, recitales, acciones solidarias o reuniones políticas).

Punto de convergencia de la vida colectiva, este nuevo tipo de plaza se puede asimilar a la noción de Centro Comunitario. En las ciudades satélites europeas, construidas para organizar los conurbanos de las grandes ciudades después de la destrucción de la segunda guerra mundial, el Centro Comunitario es una pieza fundamental. Entre otras funciones contiene lugares exclusivos para adolescentes, jóvenes y ancianos, talleres, biblioteca, espacios multiuso, áreas de juego y deportes. No estamos en el primer mundo, pero constituimos una población particularmente social y en la mayor parte de la Provincia disponemos de un clima benigno que permite durante la mayor parte del año, un desarrollo pleno de las actividades al exterior. .."Los argentinos valoran los espacios de encuentro, aquellos que posibilitan entretenerse con el vecino y comentar su vida cotidiana. Esa capacidad es un rasgo latinoamericano que debería ser promovido, en tanto se trata de una fortaleza para el Desarrollo Humano." (IC)

Dotando a la plaza, incluido su entorno, de dos construcciones cubiertas de bajo costo (Centro de jóvenes y Centro de mayores) con baños públicos para uso del conjunto, reorganizando el sector central para incluir un playón deportivo, pavimentando un área seca para reuniones y usos comunitarios con accesibilidad desde la calle principal , con buffet, pérgola, sillas, mesas y sombrillas y reorganizando el área verde en forma perimetral para proteger acústicamente los edificios frentistas, estamos perfilando la imagen de una "Plaza-Centro Comunitario" que llamaremos P-CC.

La concentración de las actividades en la P-CC, permite racionalizar los gastos de iluminación y seguridad. Esta circunstancia posibilita satisfacer un deseo fuertemente expresado por todos los jóvenes: disponer de lugares propios, inclusive en horas nocturnas.


Otro efecto favorable es la caracterización de la imagen barrial que se trasunta en un incremento de los sentimientos de identidad y orgullo comunitario.

Reciclar el espacio central en las plazas históricas será dificultoso, dado el valor simbólico que tiene su imagen. En tal caso habrá que analizar las posibilidades de instalar usos deportivos en terrenos frentistas o adyacentes. Siempre puede considerarse la posibilidad de promover algún desplazamiento de la centralidad a través de la construcción de una nueva P-CC.


LA PROGRAMACIÓN
La participación es la primera estrategia para la programación de los espacios de uso colectivo. El aporte del habitante es insustituible para informar y evaluar el proceso de transformaciones que se inicia. A través de la participación quedarán claramente establecidos las necesidades y los conflictos que se buscan conocer para encontrar caminos realistas. La participación en la elaboración del programa acrecienta la disposición de los vecinos, a apropiarse del nuevo lugar e insertarse en la gestación de actividades.

Previamente debe realizarse un diagnóstico de la situación actual, a través de un relevamiento del entorno físico y social, incluyendo servicios, infraestructuras, actividades predominantes, características de la edificación, datos culturales, demográficos y económicos de la población, y un estudio de su red vincular. Se completa con la cuantificación de los recursos humanos y tecnológicos disponibles y una evaluación de la capacidad de gestión de la comunidad.

De todas las actividades que integran la vida barrial (trabajo, educación, abastecimiento, etc.), el Programa de la Plaza-Centro Comunitario estará mayormente referidas a las actividades del Tiempo Libre. Dentro de esta categoría pueden señalarse como principales la vida social, festividades, deportes, juegos, reposo, paseo, muestras, recitales y convocatorias comunitarias. A su vez cada uno de estos rubros contiene varias modalidades posibles que deben conocerse: edad, genero y número de los usuarios que la practican, niveles de privacidad, formas de asociación, horarios diurnos y nocturnos, protección climática (sol, viento, lluvia, frío), estacionalidad verano-invierno, dimensiones, seguridad, infraestructura y mobiliario. Para los grupos etarios que estamos considerando habrá que analizar por separado las actividades de los adolescentes (hasta 18 años) y de los jóvenes (hasta los 24 años).

Operativamente esta información se resume en un conjunto de grillas bidimensionales o en grillas multidimensionales. De tal universo surgirá, completo y detallado, el Programa de necesidades y ámbitos, interiores y exteriores, con sus características funcionales, ambientales y relacionales, que será traducido a términos espaciales y tecnológicos en la etapa de proyecto.

El Programa se completa con un anexo referido a las condicionantes morfológicas (estéticas) que deberán contemplarse. Algún proyectista podría presumir que se está invadiendo su legítimo campo de libertad creativa. Sin embargo las condicionantes se tornan pertinentes cuando se comprende que, en cuestiones de espacio público, el arquitecto es un intérprete proyectual de la comunidad. El Programa incluye lineamientos sobre la forma porque debe informar sobre la noción de espacio vivido, cuyas imágenes forman parte de la historia y la cultura de los habitantes del lugar. El diseñador no puede considerarse autónomo para desarrollar una imaginería que puede resultar transculturada o incomprensible para la población. El sentido de pertenencia se inhibe ante los sentimientos de ajenidad y extrañeza.

Finalmente un enfoque prospectivo señala las próximas influencias que el desarrollo urbano ejercerá sobre el área, para definir los lugares que deben flexibilizarse para evitar que las transformaciones determinen su obsolescencia prematura.

GRUPO PROMOTOR PARA LA GESTIÓN DEL ESPACIO PÚBLICO
Arq. Carlos del Franco
Arq. Guillermo García Fahler
Arq. Julio Ladizesky
Arq. Mario Rub


NOTA: el presente documento fue elaborado para el "INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2004" en la Provincia de Buenos Aires. Trabajo desarrollado cada año por la Fundación Banco Provincia a pedido del MINISTERIO DE DESARROLLO HUMANO de la Provincia de Buenos Aires.

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