El Nuevo Centro Getty
Bajo el brillante cielo azul del sur de California, en lo alto de una colina se alza el nuevo Centro Getty, un conjunto de edificios que tienen el privilegio de ser la mayor inversión privada para el arte en toda la historia de los Estados
Unidos. La fundación J.Paul Getty Trust alcanzó este record invirtiendo la nada despreciable cifra de mil millones de dólares durante los trece años que duró su construcción.
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Gracias a ese presupuesto, el arquitecto Richard Meier concretó una obra ltramoderna compuesta por seis edificios diseminados por una agreste elevación de las colinas de Santa Mónica. Este nuevo cornplejo no solo ofrece una maravillosa visión panorámica del Oceano Pacífico y de la ciudad de Los Angeles, sino que además es la sede de una de las mayores colecciones de arte del mundo. |
Allí se realizarán todo tipo de actividades relacionadas con las artes visuales y las humanidades. Para
el arnbiente cultural de Los Angeles, la inauguración clausura la etema diferencia entre la culta y distinguida costa Este y la rústica costa Oeste. Pero el Centro Getty está más cerca de ser un monumento con alcances internacionales, que un símbolo de la llegada de la alta cultura a California. De hecho, su relación con la ciudad es más teórica que práctica.
Como ocurre tantas otras veces, la elección del lugar y la confección del programa no estuvo en manos del arquitecto. En octubre de 1983, cuando Richard Meier fue invitado a participar de la selección de estudios para construir el centro, el presidente del trust Getty, Harold Williams, ya había decidido que todas las actividades de la fundación debían estar concentradas en un mismo lugar. |
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Además del museo, harían edificios para los institutos de investigación de historia, de conservación de obras de arte, de educación para las artes, y para un centro de información.
El lugar que fascinó a Williams fueron cuatro hectáreas en la cima de una colina cerca de la ruta a San Diego. "Esperamos que la visión del complejo desde varios puntos de la ciudad sea como un imán para el visitante y un recordatorio del rol vital que puede tener el arte en nuestras vidas", aseguraba en su momento el presidente de la fundación.
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En estas condiciones, una vez seleccionado, el estudio del arquitecto Richard
Meier se concentró unicamente en los temas de arquitectura. El Centro Getty, alejado de la ciudad, se encaminaba a contradecir la tendencia dominante de la última mitad del siglo, que empujó a los museos a establecer una relación más estrecha con el público y con las ciudades. |
Ese camino que tendió a una progresiva democratización de la cultura, no es el objetivo del nuevo complejo. Mas bien, parece pretender colocar nuevamente al arte en su antiguo pedestal, aunque todos los pronósticos auguran mas de un millón y medio de visitantes cada año.
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En el "Getty", la sensación es la de estar entrando a un gran templo del arte. El público tendrá que hacer reservaciones para estacionar su auto en uno de los mil doscientos lugares que estan al pie de la colina. Para subir hasta el complejo (un kilómetro más arriba) un tren eléctrico transporta a los concurrentes. Pero, aunque tiene todo el aspecto de un vehículo del futuro, el transporte trepa lentamente y perrnite ir descubriendo el conjunto | de a poco. Y sólo al desembarcar se puede percibir la totalidad.
La entrada al Centro Getty se hace a través de una amplia plaza de mármol travertino alrededor del cual se disponen los distintos edificios. A la izquierda están el auditorio, el centro de inforrnación sobre
historia del arte, el centro educacional, el instituto de conservación y las oficinas del trust. El restaurante y el centro de historia se extienden a la derecha de la plaza. El museo propiamente dicho domina la escena de la llegada. Su emplazamieno contradice el orden del resto de los edicios del lugar. En este punto, se hace visible el conflicto entre las dos tramas utilizadas para organizar el conjunto: una que surge de la dirección de la autopista, la otra que obedece a la orientación de las calles de Los Angeles. Cuando Richard Meier diseñaba este conjunto decía: "El Centro Getty establecerá un diálogo entre sus dos grillas y la forma curvilínea que deriva de los contornos del terreno", y parece haberlo logrado. Los edificios alternan contundentes volúmenes envueltos en mármoles de superficie rugosa y delicadas formas curvas hechas de placas esmaltadas y vidrio, las que armonizan con el encuentro de las dos direcciones.
El lobby del museo es un alto cilindro de vidrio que deja ver el patio interior. Desde allí se puede comenzar la recorrida por el sistema de pequeños pabellones que dividen el gran claustro en espacios más pequeños. A su vez, cada pabellón posee su propio patio interior. En ellos, el visitante puede hacer una recorrida cronológica de la coleccion Getty, con cuadros ilurninados por luz cenital, mientras que obras de artes decorativas, manuscritos y trabajos en papel están guardados |  |
en el nivel de tierra en galerías al resguardo del sol.
En el extremo más alejado del conjunto está el Instituto Getty, dedicado a la investigación sobre historia del arte. Cuenta con una biblioteca, un salón de lecturas y oficinas para estudiantes y personal.
El Instituto de Conservación y el de Educación para las Artes tienen sus propios jardines y terrazas exteriores a escala con sus necesidades. Todos los edificios evocan una condición tan californiana como es la apertura al espacio exterior. El auditorio con 450 asientos, adyacente al Instituto
de Inforrnación y a las oficinas de la fundación, marca el final del centro.
"Pensé en una estructura clásica, elegante y atemporal -señala Meier- emergiendo serena e ideal de la ladera salvaje de la colina. Un tipo de estructura aristotéelica dentro del paisaje."
Los modelos clásicos están presentes en todo el emprendimiento, que si bien muestra una imagen ultramoderna no deja de ser un gran palacio romano destinado al arte de todos los tiempos. |  |
Como lo admite el propio proyectista: "En mi pensamiento siempre estuvo presente la Villa Adriano, en
Caprarola, por su secuencia de espacios, su sentido del orden y la forma en la que los edificios y el paisaje se pertenecen unos a otros."

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